El templo está declarado bien cultural en la categoría de Monumentos
Moreda de Álava, situada en el extremo más oriental de la comarca de la rioja alavesa, haciendo muga con Navarra, es una villa que llama la atención por tener casas solariegas blasonadas y un templo parroquial monumental que corona la población. De los muchos itinerarios que ofrece esta villa entre olivos, viñas y trujales, es en su templo donde nos pararemos para visitar la iglesia de Santa María de Moreda, recientemente declarada bien cultural calificado con la categoria de Monumento por el Gobierno Vasco.
Antes de entrar en él, nos detendremos ante la portada de Dios Creador, levantada en el segundo tercio del siglo XVI en estilo plateresco. Toda ella está labrada con numerosos iconogramas a modo de retablo pétreo. Su lectura constituye un jeroglífico neoplatónico y hace que esta portada de Moreda sea una de las más bellas, cultas y misteriosas del renacimiento alavés. Los grutescos hacen referencia al pecado original, al amor, al vicio, a la vida material-terrenal, a la muerte, a la virtud, al amor humano y al divino, a la vida espiritual-celestial y a la inmortalidad del alma y a la vida eterna.
Al entrar en la iglesia nos situamos en su centro, junto a los estribos interiores, que jalonan la iglesia vieja o gótico-tardía, levantada en el siglo XVI por los canteros Amador de Segura, Pedro Caatategui, Miguel de Garaizabal y otros. La iglesia nueva o barroca fue ampliada entre los años 1698-1704 por el cantero Juan de Jáuregui.
Siete retablos
De los siete retablos que tiene, todos fabricados en estilo barroco y rococó, destaca el mayor (1710-1714) con relicarios y relieves de las patronas de la villa de Moreda, Santas Nunilo y Alodia, e imagen gótica de la titular de la parroquia nuestra señora de Moreda. Artifices como Pedro Jiménez "El Viejo", Francisco Rivero, Gabriel Antonio de la Cueva y Francisco de Ysequilla plasmaron su arte en él.
Fue dorado por Santiago de Zuazo en 1760 con 55000 panes de oro, de los más de 120000 que utilizó en toda la iglesia para dorar todos los retablos y policromar las imágenes. El relieve del descendimiento -una reforma efectuada en el taller de Coll, en 1755- es una copia del lienzo que pintó en la catedral de Amberes el genial pintor barroco flamenco Pedro Pablo Rubens.
Nos colocamos, a continuación, bajo la cúpula del crucero, y dirigimos nuestra mirada hacia lo alto para contemplar los relieves y pinturas murales de las pechinas, arcos torales y caja de la media naranja, realizadas sobre estuco por artistas navarros como los Coll, Antonio Osorio y Santiago Zuazo, en el año 1759. Están representados los evangelistas, las virtudes, los arcángeles y los padres de la iglesia Occidental.
Los relieves y pinturas son tan espectaculares y bellos, que esta cúpula de media naranja de Moreda es llamada "La capilla Sixtina de la Rioja Alavesa". Ya en su capilla mayor podemos admirar las pinturas murales al fresco firmados por el artista riojano José Bexes, que las plasmó en el año 1760. Escenas como la adoración de los Pastores, la Santísima Trinidad, la Anunciación, Judit o Esther decoran la bóveda y los medios puntos.
Antes de finalizar la visita e ir a callajear por el casco urbano de la villa para visitar casonas históricas, antiguas cuevas de vino y trujales de aceite, conviene subir al coro para contemplar desde allí el templo. Cada peldaño de escalera de caracol de recogido en el alma es una obra de arte.
La vista desde lo alto, espectacular e inigualable: arquitectura, retablos y pinturas murales... Es como estar en el palco de un teatro viendo el escenario. Acérquense a visitar el templo de Moreda de Álava. Merece la pena conocer y disfrutar de nuestro patrimonio cultural, recientemente reconocido.
SOCIEDAD LANDÁZURI
EL CORREO 24-10-2011
domingo, 27 de noviembre de 2011
domingo, 20 de noviembre de 2011
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